Escala de valores
ESCALA DE VALORES 

1º: LOS TAU

Usualmente son vistos como la raza más optimista y menos agresiva del juego. Muchos han llegado a darles el nombre de «Hippies Espaciales» en virtud del carácter que las propuestas y pautas de coexistencia que esta facción sostiene. Quizás el elemento positivo más destacable de los Tau sea que, a diferencia de las otras razas, suelen dar una oportunidad a sus adversarios para claudicar en sus anteriores aspiraciones, y unírseles en la búsqueda del «Bien Supremo» (de allí que no sean considerados abiertamente hostiles), pese a que frente a una negativa a llevar a cabo a su proyecto, no duden estos en hacer uso de la fuerza armada contra los opositores (llegando en algunos casos al total y completo exterminio de quienes obstaculizan sus objetivos).

Frente al pregonado afán pacifista y unificador de los Tau, se impone la eterna confrontación contra las fuerzas del Caos. En esta controversia es donde no queda claro si los defensores del «Bien Supremo», estarían en condiciones de hacer frente a los poderes ruinosos del Caos, en caso de lograr expandir lo suficiente su imperio como para llegar hasta los bordes del Ojo del Terror (tomando así a cuestas una importante fracción de las tareas defensivas realizadas por el Imperio a diario, manteniendo a raya a las fuerzas caóticas).


2º: Los Eldar

Apareciendo por lo general como los segundos en la escala de valores de muchas listas similares, los eldar se ganan el aprecio de quienes juegan a Warhammer 40.000, por su consideración frente a su propia gente, así como por sus esfuerzos destinados a proteger la galaxia. Está marcada conducta descripta se contrapone tangencialmente con la brutalidad de la que se valen para cumplir sus objetivos, pese a la sabiduría y mesura que la persecución por la seguridad común aparentaran. Al parecer, esta raza continúa sufriendo los efectos de su más grave defecto: el orgullo. En su lucha contra los poderes del Caos y los Necrons, tienden a pasar por alto a las demás razas, acabando por provocar masacres a lo largo de la galaxia; es ejemplo patente de este actuar brusco e imprudente el haber sido el punto determinante en la creación del Ojo del Terror, así como del necesario poder por parte de los dioses del Caos, que les permitiera iniciar las guerras contra el Imperium.

A pesar de lo mencionado, se han registrado ciertas excepciones en las cuales se logró un importante grado de colaboración entre eldars y humanos, sobre ciertas cuestiones inherentes a ambas facciones. En el incidente del planeta Tallarn, o en ciertos episodios de la campaña vista en el videojuego Dawn of War: Winter Assault, que desde luego no dejaron de estar eminentemente motivados en principios de neta supervivencia de la raza eldar, más que en cierta clase de espíritu colaboracionista.

Dentro del universo paralelo de Warhammer Fantasy, se ha observado que en ciertas circunstancias cruciales fue posible concebir alianzas entre elfos y humanos, destinadas a aplastar la inminente amenaza común. Pese a lo anterior, pareciera no ser ésta la regla común en el universo de Warhammer 40.000.

3º: El Imperio

El punto gris en la escala de muchos, el «Imperio de la Humanidad» (regido por el «Dios-Emperador de la Humanidad») es visto usualmente como la última línea defensiva de la humanidad frente a los horrores del Caos, y sin embargo también, como un reflejo de todos las tiranías, dictaduras y errores que el hombre ha cometido a lo largo de la historia. Es prueba fiel de tal proceder, el modo en que los guardias imperiales son usados como carne de cañón en combates a muerte contra los horrores de la disformidad y razas alienígenas, la Inquisición purga planetas enteros en pro de la pureza de la lealtad y la Eclesiarquia oprime y aterroriza a una raza humana que solo vive para el trabajo.

Frente a estas acusaciones de despótico absolutismo, los defensores del status quo Imperial sostienen que el modo en que el mismo se conduce responde a una necesidad vital de subsistencia por parte de la raza humana, que de proceder de manera distinta a la que el Imperio aplica, acabaría irremediablemente en la extinción de la especie a manos de sus más nefastos enemigos. Los partidarios de esta posición, argumentan que las guerras libradas por el Imperio son generalmente de carácter defensivo, o encaminadas a destruir una clara amenaza contra los habitantes del Imperio. Orcos, Caos, Tiránidos, Necrones, Eldars y Eldars oscuros, encabezan la innumerable lista de enemigos, contra los que el Imperio debe batallar, y en muchos casos, disponiendo tan solo de mal equipadas y diezmadas unidades de infantería. El tener que afrontar aquellos terribles horrores de la disformidad o de origen aliénigena, hace pensar a muchos jugadores que los fines perseguidos por el Imperio, justifican ampliamente los medios empleados para conseguirlos, estando en juego no ya la supervivencia de un sistema político, sino la humanidad entera.

Algo semejante se observa en los casos de la Eclesiarquia y la Inquisición. Al igual que anteriormente, los defensores del Imperio arguyen que dada la situación profundamente convulsionada de la galaxia, la unidad ideológica es la única garantía para sostener la existencia misma de todo el grupo. La Eclesiarquia cumple el papel de mantener en orden y funcionando la psique misma del Imperio, en tanto que la Inquisición actúa como los anticuerpos contra la aparición de agentes patógenos; teniendo en cuenta los efectos promedio que suele generar una rebelión en un planeta o un sistema (sobre todo cuando implica a las fuerzas del Caos), es que los partidarios de esta teoría justifican el proceder del Imperio y sus respectivas instituciones.

No obstante lo anterior, y pese a que el fin último de la Inquisición y la Eclesiarquia, es el de cumplir la voluntad del Emperador, y esta no es supuestamente más que la de asegurar la supervivencia de la raza humana, los detractores consideran que no son más que excusas de un poder autocrático y despótico para mantener a sus súbditos sumidos en un constante terror a un omnipresente exterminio, logrando así acallar cualquier ánimo reformista, y posibilitarle al Emperador mantener de manera indefinida el Statu-Quo pre-existente.

Al margen de la controversia establecida entre ambas posturas, queda para ambas partes en pie el incierto futuro de una humanidad en la que todo impulso evolutivo es brutalmente sofocado en pro de su unidad y supervivencia. Quizás sea éste el mayor riesgo del Imperium; amenaza que ya se está cumpliendo desde hace siglos y que paradójicamente, pone en serio peligro la subsistencia de una especie que rinde sus más sagradas libertades en defensa de su propia subsistencia.

4º: Los Orcos

En cierta ocasión, una eldar comentó que los orcos eran simplemente víctimas de su naturaleza; yo preferiría decir que son los descendientes del Dr. Zaious, pues vienen del planeta de los simios, y como Hegel adelantaría en su obra "Dolor, dolor", el despliegue del espíritu absoluto acabará terminando con todo, ya que la vida es sufrimiento y dolor. A esta apreciación, cabe sumar el hecho de que, según ciertas conjeturas, se cree que los orcos no fueron producto de la casualidad, sino de un trabajo de ingeniería genética realizado por los Ancestrales. Aceptando ambas tesis, nos veríamos ante una raza que, si bien es capaz de entablar acciones propias de criaturas racionales, no sería, a fin de cuentas, más que una gigantesca máquina de matar ideada en la antiquísima lucha contra los necrones, concluyendo finalmente en que la responsabilidad moral sobre las acciones de los orcos recaería sobre sus creadores, los Ancestrales, y no sobre los primeros, pues son incapaces incluso de comprender el significado de la palabra «paz».

5º: Los Eldar Oscuros

Entrañan la cara más oscura y viciosa de la raza eldar. Constituyendo las reminiscencias de lo que alguna vez fue esta especie antes de la caída y el surgimiento de Slaanesh (recordando en muchos aspectos a la raza de los hombres-serpiente de Yig de los Mitos de Cthulhu, el conocido ciclo de literatura de terror fantástico creado por H. P. Lovecraft), los Eldars oscuros acabaron por convertirse en la sombra de aquella gran civilización que fueron los Eldars originarios, corrompidos por las mayores glorias a las que una civilización puede aspirar, hastiados hasta el hartazgo por la búsqueda de placer, convertidos en seres que disfrutan en esclavizar y torturar a otras especies para regocijar sus estancados sentidos.

No obstante lo anterior, suelen no ser colocados en el escalón más bajo de esta lista. Quizás esto se deba a que en el fondo de su propia naturaleza decadente y totalmente ajena a cualquier clase de deseo en pro del bien común, no exista lugar para aspirar a fines más altruistas, y tal situación los límite en sus acciones y decisiones (similar al caso de los Orcos), siendo más bien una especie de parásitos que van mermando la galaxia sin llegar a aniquilar la vida en ella, por no ser capaces de aspirar a fines más «elevados».

6º: Los Tiránidos

En cierta forma los tiránidos recuerdan a los orcos en lo que respecta a ser víctimas de su naturaleza, sin embargo también tendríamos que preguntar ¿son los tiránidos una raza pensante y reflexiva? La respuesta hasta ahora parece haber sido un no, si bien está claro que dentro de la propia raza tiránida hay una escala de inteligencia, esta solo parece estar destinada a ser un sistema automatizado de solución de problemas enteramente prácticos y ninguno del tipo moral, en esencia, los tiránidos no dispondrían de ningún tipo de moral, solo serían entidades que responden al voraz deseo de alimentarse a toda costa (incluso despreciando la vida de otros miembros del enjambre). Incluso en el supuesto de que los rumores sobre el Outsider, el dios C'tan que según algunos está detrás de la mente enjambre, fuese cierto, esto no implicaría en si mucho, ya que es sabido de que esta entidad perdió la cordura después de haberse dedicado a alimentarse indiscriminadamente de los miembros de su propia raza, por tal estaría privada de realizar razonamientos, estaríamos pues ante una especie a la que no se puede juzgar éticamente simple y llanamente porque carece de suficiente capacidad reflexiva para llegar a pensamientos abstractos que permitieran dilucidar cuestiones morales.

7º: Los Necrones

Los exterminadores de toda vida en la galaxia, seres dominados por las terribles entidades espaciales conocidas como los C'tan, pero, ¿son tan malos los necrones? Originalmente, los necrontyr eran una raza como cualquier otra, quizás la más parecida a los humanos, pues su miedo a la muerte es particularmente manifiesto, al parecer su caída fue el resultado de la negación de los Ancestrales a brindarles la vida eterna, algo que habían buscado con particular ahínco pues sus existencias tenían una duración risible a causa de vivir en un planeta expuesto a letales radiaciones provenientes de la estrella en la que orbitaba. Se cae en la pregunta ¿es posible que los necrontyr no hubiesen llevado a cabo sus planes de aniquilación universal si los Ancestrales les hubiesen concedido (si hubiesen podido) la inmortalidad? La respuesta parece ser afirmativa, aunque lo que cometieron después no puede haber sido a causa de un impulso ciego e irracional de destrucción, pues es imposible explicar años de destrucciones y devastación sólo por un odio momentáneo. El resultado final para los necrontyr en este odio fue su completa esclavización por parte de los C'tan, los cuales en definitiva y junto con los dioses del Caos parecen ser encarnaciones de todos los aspectos del comportamiento de las razas con sentimientos, dentro de este aspecto, resulta irónico que los necrontyr obtuvieran finalmente lo que buscaban, pero en forma de una maldición eterna. Con potentes disparos y brutales asaltos, los Necrones acaban con cualquier resistencia.

8º: El Caos

Los grandes enemigos de la humanidad y de los Eldars, las fuerzas del Caos son el espejo donde se reflejan las peores facetas del alma, y es que en efecto, esto es lo que son, un reflejo de la psique de todas las razas de la galaxia, una especie de caldo de cultivo donde todo pensamiento negativo, todo acto reprobable parece cobrar vida y personalidad propia, podría decirse con sobradas razones que el espacio del Caos, la disformidad, es el infierno dentro del universo de Warhammer, el origen de todo mal. Pero, ¿realmente es el Caos el origen de todo mal? Se sabe que en la época de los Ancestrales no habían surgido los dioses del Caos y las entidades que habitaban la disformidad eran relativamente inocuas, sólo cuando se desarrolló una serie de razas capaces de manifestar sus poderes psíquicos en la dimensión de la disformidad fue cuando esta comenzó a convertirse en lo que es actualmente.

Sin embargo, hay razas que todo el mundo diría que son malos (como los orcos) y otras buenas (como los eldar). No se puede decir que se equivocan porque, como bien se ha dicho anteriormente, todos luchan por su propio interés, unos más por el «bien supremo» y otros para ser la mejor raza.

 
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